Hace algún tiempo que empezamos este blog. He leído muchos desde entonces; por motivos didácticos supongo y, francamente, me rindo.....
Yo no se escribir. Cuando leo blogs de opinión, sobre todo de arte me entra un sudor frío por la espalda; esas frases abracadabrantes, discurso conceptual, retaila formal, de gente estudiada.
Lo siento no tengo esa retorica, no soy capaz de hilar palabra tras palabra para llenar paginas que, una vez pasadas por el colador, dejan poco poso. (aunque no siempre.)
Llegue al modelado de muy chico modelando plastilina en el jardín de infancia, continué modelando a modo de búsqueda; con el afán que pone aquel que estravió las llaves en el lodo durante la noche tormentosa.
Modelo por una necesidad aberrantemente compulsiva, como el tahúr que en su febril pasión arroja los dados sobre el tapete con manos sudorosas. Modelo, en fin, porque no se hacer otra cosa.
El blog, es solo un escaparate. No se me da lo de escribir, porque no soy literato. Ni tampoco explicar mi obra, si es que la hay, pues a mi juicio solo son retazos de estados febriles en los que modelo, y modelo buscando un que se yo.
En cierta ocasión, sentados a la mesa: un mecenas de las artes, un critico que hasta hace bien poco fue director de un Instituto Cervantes, -al cual admiro y respeto- y mi persona.
Pues bien, nuestro anfitrión, con objeto de generar polémica supongo, despotrico sobre la famosa fuente de Marcel Duchamp; a lo cual, recogiendo el guante, el critico al que me refiero nos obsequio con una corta pero exquisita disertación, vino a decir -que yo no tengo su lucidez- algo así como que el cura impone los sacramentos porque la comunidad le reconoce esa capacidad para administrarlos. De igual manera el artista, reconocido por la comunidad como tal administra “el sacramento” -y perdón por la comparación- de decirnos que es y que no es arte.
Francamente, en su momento esas palabras me convencieron -que, supongo, es esa la función del critico de arte-
Pasado el tiempo, confieso, he tenido serias “crisis de fe”. Lo cierto es que a día de hoy me limito a enunciar lo que me gusta o no me gusta sin meterme en cuestiones conceptuales, que para ello ya están los artistas y licenciados.
En fin es como la diferencia entre Ateo y Agnóstico: el primero niega categóricamente la existencia de Dios, el segundo sencillamente no se plantea su existencia ni la niega, solamente vive ajeno a la fe.
Pues eso hago yo modelo pero no me planteo la existencia de arte ni su negación, solo modelo por necesidad visceral, si expongo es por necesidad económica.
En fin es como la diferencia entre Ateo y Agnóstico: el primero niega categóricamente la existencia de Dios, el segundo sencillamente no se plantea su existencia ni la niega, solamente vive ajeno a la fe.
Pues eso hago yo modelo pero no me planteo la existencia de arte ni su negación, solo modelo por necesidad visceral, si expongo es por necesidad económica.
No pretendo, pretendí, ni pretenderé aportar nada al mundo del arte y tras un breve pero intenso roce con el mundo del arte he descubierto -cosa que sospechaba- que no soy un artista solamente un homo habilis si acaso.
Aaaagggh!!!, ¡¿QUE HE HECHO?!....¡Acabo de soltar un rollo...!
Mis disculpas!!!
En lo sucesivo me limitare al YOUTUBE
Hola Carlos, pasaba por aquí y vi tu nuevo "post", y estoy en un todo de acuerdo contigo. Creo que es estas cosas como en todo, por suerte, cada uno tiene un rol. Con eso de modelar "por una necesidad aberrantemente compulsiva", creo que ya tienes suficiente con qué lidiar, como para adentrarte en otros menesteres. Que los que saben llenar las hojas en blanco se encarguen de ello. En estos días le escribía una semblanza a mi hermana que publicará en los próximos días o meses su primer libro de cuentos y uno de poemas, y entonces me dio por pensar en estas cuestiones "de fe", y llegué a una conclusión que por ahora me sirve (porque aprendí que las conclusiones tienen un vencimiento a corto plazo), en definitiva lo que hago cuando hago algo con la materia que sea, es retomar las locuras creativas que hacíamos con ella cuando éramos pequeños, esas locuras que revivo cada vez que "pongo manos a las obra", hace un tiempo (no demasiado como quiciera) que dejé de lado las preocupaciones "teóricas", para ocuparme de mis deseos mas profundos a la hora de meter mano a la materia. Y ya no siento culpa, otros se encargarán de teorizar en algún momento, cuando sea necesario, si alguna vez eso es necesario, y si no, estaremos felices, mis manos, la materia y yo.
ResponderEliminarSaludos cordiales y a modelar sin miedo que los haces de maravillas!
Sergio Pradier